El Sistema de Entrenamiento de Charlie Francis.


Por Juan Ignacio Arenillas.

Charles Merrick Francis (13 de octubre de 1948 – 12 de mayo de 2010) fue un velocista y entrenador de sprint olímpico canadiense más conocido por ser el entrenador del velocista Ben Johnson, el primer competidor en ser despojado de una medalla de oro olímpica debido al uso de sustancias prohibidas, las que habrían sido entregadas por el propio entrenador.

 

 

A nivel personal, Ben Johnson fue uno de mis “ídolos máximos” por aquella época y siempre me sorprendió el aparente desarrollo muscular conseguido en el relativamente breve tiempo entre los 9.84s de Roma en 1987 y los 9.79 de Seúl 1988. Digo aparente, porque no es algo que pueda certificar a la distancia y solo habiéndolo visto por TV.

 

Final en Roma 1987

 

Final en Seúl 1988

 

Sin embargo, más allá del escándalo en que se vio involucrado, su conocimiento y sabiduría como entrenador continuó y continúa ejerciendo un enorme interés y un gran respeto por parte de muchos otros entrenadores, entre los que me incluyo.

Movido por la curiosidad, fue que hace ya bastante me hice del libro “The Charlie Francis Training System”, el cual elegí, entre varios otros de Francis, porque no era tan específico sobre el tema de las carreras de velocidad, sino que ahondaba también en la filosofía de su sistema general de preparación.

El libro no resulta lo que uno comúnmente esperaría de un libro sobre entrenamiento y se compone de una serie de preguntas y respuestas hechas a Francis sobre distintas temáticas: su carrera como atleta y entrenador, identificación de talentos, desarrollo de atletas, técnica del sprint, psicología, patrones de respiración/core y aceleración, trabajo de las piernas, principios de entrenamiento, SNC, auxiliares de entrenamiento, etc, etc. Resulta, por momentos, un poco caótico al saltar de un tema a otro, pero es un GRAN libro.

Es por eso que quiero hoy compartir algunos extractos del mismo con ustedes y díganme luego en los comentarios qué les pareció.


El Sistema de Entrenamiento de Charlie Francis.

“Algunos mitos me vienen a la mente: El primero es que uno maneja a un joven atleta de una determinada manera, y luego de súbito, lo cambia a un programa para el atleta intermedio o a uno para el atleta avanzado. En realidad, la transición entre estas fases es invisible”.

“Otro mito es que los velocistas nacen, no se hacen. Un mínimo de entre cinco a ocho años de entrenamiento correcto es requerido antes que el potencial de un atleta determinado se haga aparente”

“Un rendimiento de alto nivel, requiere de muchos años de entrenamiento de alto nivel”

“El atleta hombre alcanza un pico reflejo a los 22, con la fuerza alcanzando un pico a los 28-30 años”.

“Le das a cada atleta lo que crees que él o ella necesita, cuando crees que él o ella pueden manejarlo”.

“Enseña de a un elemento a la vez. Si presentas tres problemas, el atleta puede corregir solo uno, dejando dos problemas en su mente. No te alejes de un elemento de entrenamiento hasta tanto este no sea ejecutado en forma correcta”

“Hasta tanto el somatotipo o la forma del cuerpo deseada del velocista no estén en su lugar, se enfatizan los métodos de culturismo o sección transversal del músculo por sobre los métodos de fuerza máxima o potencia. Una vez que el cuerpo del velocista está en su lugar, lo contrario es cierto: la fuerza máxima o los métodos de potencia prevalecen sobre el entrenamiento de fuerza de tipo culturista”.

“Si el atleta corre bien, usted supone que la idiosincrasia corporal no es un factor. La rodilla izquierda de Ben Johnson se va hacia un lado cuando corre. ¿Y qué?”

“Menos es más”

“Debes estar preparado para modificar el programa en cualquier momento, basado en cómo se siente el atleta y en lo que ves”

“Una vez que el atleta está más allá de cierto nivel de rendimiento, tal como al tope nacional o a nivel internacional, no hay reglas ni recetas, solo principios generales de entrenamiento”.

“La diferencia entre un rendimiento al 95% del esfuerzo y uno al 100% del esfuerzo (por ejemplo, a nivel de récord mundial), es que un 95% de esfuerzo puede que requiera un período de recuperación de solo 48 horas, mientras que un esfuerzo del 100% puede que requiera hasta 10 días”.

“El 90% de mi tiempo lo gasto conteniendo a los atletas para evitar el sobreentrenamiento y el 10% del tiempo motivándolos para trabajen más”.

“La potencia elástica es el determinante principal de la aceleración y la velocidad final”.

“Si se ve bien, vuela bien”.

“Mis velocistas de elite nunca se alejan por largos períodos del trabajo de fuerza máxima”.

“Con respecto a los objetivos de fuerza, uno monitorea el rendimiento del atleta bajo la luz de lo que sucede en la pista”.


Acerca del Autor.

Juan Ignacio Arenillas, nacido en Buenos Aires en 1970, es uno de los secretos mejor guardados del deporte argentino (no lo conoce nadie). Recibido de Profesor de Educación Física en el INEF Romero Brest, se dedicó de inmediato a cualquier tipo de trabajo (siempre dentro de los límites de la decencia) que garantizara su subsistencia: dio clases de natación, animó fiestas infantiles, fue suplente en escuelas y monitor en viajes estudiantiles, entre otras muchas cosas para el olvido.

Continuó con estudios exageradamente variados en cursos, profesiones y oficios: Entrenador de Atletismo, Taller de Literatura, Investigación Científico Deportiva, Dirección de Cine, Entrenador de Triatlón, Carpintería, Computación, Timonel a Vela, etc.
 
Durante 15 años trabajó en la Secretaría de Deporte de la Nación, aunque jamás pisó la sede central y siempre (y por el bien del deporte nacional) fue mantenido en la filial de Ezeiza, en donde también se dedicó a hacer más o menos lo que se le mandase con más voluntad que ingenio. De esos años de gloria queda apenas el recuerdo de haber ser sido el ideólogo del Programa Nacer, un programa de entrenamiento en pruebas de fondo para personas con discapacidad mental.

Paralelamente durante esos años se dedicó a entrenar triatletas y fondistas, la gran mayoría amigos dispuestos a aceptar un mal plan a cambio de un magro pago.
En el año 2000 y, recomendado por un amigo (cuando no), le llega la primera gran oportunidad como Preparador Físico en el profesionalismo: una liga metropolitana en un deporte hasta entonces para él casi desconocido: el voleibol. Cinco años le llevó alcanzar un nivel de Liga Nacional y apenas unos pocos meses para irse al descenso en ese mismo 2005 con el Club Monteros de Tucumán.

A mediados del año 2008 y cansado ya de la falta de éxitos en su país, decide aceptar una oferta para continuar su derrotero (nunca mejor empleado el juego de palabras) en Europa, más precisamente en Austria como Preparador Físico del hotVolleys de Viena y de la Selección Nacional. El Voleibol le insistía. Allí continúa hasta el día de hoy, como Preparador Físico en la Federación Austríaca de Voleibol, habiéndose ganado un reconocimiento excesivo a base de todo tipo de imposturas. 

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