¡Es El Ejercicio, Estúpido!


Corría el año 1992 en los Estados Unidos y la campaña presidencial estaba en llamas. Por un lado el candidato republicano George H. W. Bush (padre) y por el otro el demócrata Bill Clinton. Bush tenía en ese entonces un índice de popularidad muy alto, fundamentalmente gracias a sus éxitos en materia de política exterior. Para hacer frente a esta popularidad, el estratega de campaña de Bill Clinton, James Carville hizo entonces que su estrategia se enfocase en las cuestiones más cotidianas e inmediatas de los votantes. Carville escribió tres puntos fundamentales, uno de los cuales era: “la economía, estúpido”. Esa frase se posicionó rápidamente como el eslogan no oficial de la campaña de Clinton. La expresión se transformó entonces en un latiguillo y fue clave para dar vuelta una elección que parecía perdida. El resto es historia y sabemos que Clinton resultó presidente de los EE.UU y que se hizo aún más famoso por algún pequeño desliz sexual en el salón oval…

588px-Bill_Clinton

Clinton, imposible verlo y no pensar en “aquello”

Pero todo fue aún más lejos, y la frase “es la (completar con lo que corresponda), estúpido” se instaló además rápidamente en todo el mundo como una proposición que destaca lo esencial en una situación determinada… algo así como un “trending topic”.


¡Es el Ejercicio, Estúpido!

Me ocurre a menudo que gente que apenas conozco me pide alguna rutina para mejorar “X” cantidad de condición física en “Y” semanas. Muchos de los que me piden un plan, resultan ser principiantes.

¿Cómo sé que alguien que me pide un plan es un principiante? Pues porque aclara que necesita FUERZA. Si usted YA tiene fuerza, preocúpese por el plan. Sino, aprenda a ejecutar los ejercicios básicos de pesas sin impacientarse por ningún esquema complicado de reps/series/peso y verá como su fuerza aumenta exponencialmente.

Claro, hablo de la fuerza que uno necesita para rendir en la vida o en un “deporte no de fuerza”.

El deportista principiante, cree que la diferencia entre su rendimiento y el de una estrella del deporte está dada por algún plan secreto de fuerza-pliometría-agility-max-al-cuadrado.

Supongamos que sea yo capaz de escribir el mejor programa del mundo de mejora de la fuerza en 6 semanas. Supongamos que alguien a quien entreno a distancia me lo pide… ¡y me lo paga! (bueno, esto último ya sería demasiado difícil). De todos modos, siguiendo con el tema, el programa en el día 1, sección 2, período 4 y ¾ del microciclo “Explosión-Súper-Fuerza”, llama a ejecutar una serie de 5 reps de Sentadillas por Adelante al 82,23333%.

Cuando el programa llama a hacer sentadillas por delante, se refiere justamente a SENTADILLAS POR DELANTE, no a cualquier otra cosa ejecutada técnicamente al 50%. De lo contrario es preferible, dentro de ese programa, ejecutar un press de piernas en la máquina. Así de importantes son los ejercicios. Y así de inútil resulta el mejor programa con una mala ejecución.

Justo hoy alguien me preguntó por el programa 5-3-1 de Wendler. No era para él, sino para su hermano. Pregunta obligada:

-"¿Tu hermano es ya muy bueno haciendo sentadillas, press de banca y peso muerto?"

-"Más o menos"…

-"Entonces, ¡olvídalo!"

8206430193_51bec8f3fd_b
Imagen por Crossfit Paleo via Flickr

Es que, ¡oh casualidad! los buenos programas siempre tienen buenos ejercicios, ejercicios que valen la pena y que, como dijo Charles Staley requieren de destreza. Si usted aún no tiene esa destreza, preocúpese por ella y no por el programa.


Resumen.

Voy a resumir aún más este breve blog en las siguientes tres sentencias:

Sentencia Número 1:

“Lo que usted necesita cuando es principiante son ejercicios, no programas. Lo que usted necesita cuando es avanzado son programas, no ejercicios”.

Sentencia Número 2:

“La calidad inicial de un programa solo puede ser reafirmada por la calidad final de ejecución del mismo”.

Sentencia Número 3:

“Solo una vez que se es capaz de ejecutar los mejores ejercicios, hay que ejecutar los mejores programas”.

Bueno, ahora ya puede gritarlo: ¡ES EL EJERCICIO, ESTÚPIDO!


Acerca del Autor.

Juan Ignacio Arenillas, nacido en Buenos Aires en 1970, es uno de los secretos mejor guardados del deporte argentino (no lo conoce nadie). Recibido de Profesor de Educación Física en el INEF Romero Brest, se dedicó de inmediato a cualquier tipo de trabajo (siempre dentro de los límites de la decencia) que garantizara su subsistencia: dio clases de natación, animó fiestas infantiles, fue suplente en escuelas y monitor en viajes estudiantiles, entre otras muchas cosas para el olvido.

Continuó con estudios exageradamente variados en cursos, profesiones y oficios: Entrenador de Atletismo, Taller de Literatura, Investigación Científico Deportiva, Dirección de Cine, Entrenador de Triatlón, Carpintería, Computación, Timonel a Vela, etc.

Durante 15 años trabajó en la Secretaría de Deporte de la Nación, aunque jamás pisó la sede central y siempre (y por el bien del deporte nacional) fue mantenido en la filial de Ezeiza, en donde también se dedicó a hacer más o menos lo que se le mandase con más voluntad que ingenio. De esos años de gloria queda apenas el recuerdo de haber ser sido el ideólogo del Programa Nacer, tal y como hoy se lo conoce, como programa de entrenamiento en pruebas de fondo para personas con discapacidad mental.

Paralelamente durante esos años se dedicó a entrenar triatletas y fondistas, la gran mayoría amigos dispuestos a aceptar un mal plan a cambio de un magro pago.

En el año 2000 y, recomendado por un amigo (cuando no), le llega la primera gran oportunidad como Preparador Físico en el profesionalismo: una liga metropolitana en un deporte hasta entonces para él casi desconocido: el voleibol. Cinco años le llevó alcanzar un nivel de Liga Nacional y apenas unos pocos meses para irse al descenso en ese mismo 2005 con el Club Monteros de Tucumán.

A mediados del año 2008 y cansado ya de la falta de éxitos en su país, decide aceptar una oferta para continuar su derrotero (nunca mejor empleado el juego de palabras) en Europa, más precisamente en Austria como Preparador Físico del hotVolleys de Viena y de la Selección Nacional. El Voleibol le insistía. Allí continúa hasta el día de hoy, como Preparador Físico en la Federación Austríaca de Voleibol, habiéndose ganado un reconocimiento excesivo a base de todo tipo de imposturas.

Imagen de Portada por Crossfit Paleo vía Flickr: https://www.flickr.com/photos/crossfitpaleodietfitnessclasses/8206430193/

Este artículo tiene 2 Comentarios

  1. Buenisimo. Todos preguntan por ejercicios..y hay muchos. Pero no saben de su pasado en el gimmasio o en el deporte. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *